lunes, 3 de mayo de 1999

Antonio Carrizo: "Los mensajes de los oyentes son fascistas"


Es un placer hablar con Antonio Carrizo. La cita es en un coqueto restaurante de Palermo (propiedad de uno de sus hijos) y cada persona que pasa por la calle lo saluda afectuosamente. Siempre en la radio, se pasó a Libertad porque no le gustaba el horario que le habían asignado en Radio 10 (mediodías del fin de semana). “Me alejaba de la familia –reflexiona-. Y a mi edad, y con mi trayectoria, no estoy para renunciar a ciertos derechos. Me fui en buenos términos aunque no era muy amigo de esa barra”.
-¿Ahora está más a gusto?
-Sí. Libertad es una radio más artesanal, al modo de Romay (es el dueño). Tengo menos atención de la directiva de la radio. Y voy de lunes a viernes de 20 a 22.
-¿Cómo está de ánimo? Pasó un par de malos ratos.
-La semana pasada le comenté a mi mujer que estaba viviendo un gran momento. Pero al rato me llaman de Tribunales para cobrarme una garantía de alquiler monstruosa. A los dos días de ese golpe económico, mi hija, Blanquita, que venía con dolores fuertes de espalda, se enteró que tenía un disco roto. Hubo llantos, lloros y sustos. Pero al final la operaron perfecto en el Hospital Italiano. El Doctor Ortolan ya la mandó a su casa. Ya está. De la canción “Salud, dinero y amor” no me había quedado nada. Hoy recuperé la salud y el amor de mi hija. Todavía me falta el dinero (sonríe resignado).
-¿Cómo ve el panorama político nacional? Se han recalentado las internas mucho más que en años anteriores.
-Eso es un proceso mundial. En todos lados las “primarias” son de una virulencia impresionante. En EEUU se han llegado a agarrar a trompadas. No sé por qué acá no se puede hacer política. A mí me gusta mucho, pero desde afuera. Pensar que los políticos no se deben pelear es fascista. Lo mismo decían Lenin, Hitler y Mussolini. Cualquier partido político tiene una historia de luchas internas y fracturas.
-¿Por qué cree que los políticos tienen tan mala prensa?
-Porque es fácil pegarles. Los problemas del Ser Humano nunca van a poder resolverlos los legisladores de un día para otro. Es “mejor” amontonar dramas personales y cargárselos al político. Es de una simpleza alarmante. La misión del político es luchar políticamente. Los medios de comunicación decidieron que los políticos son malos.
-A mí me asustan los mensajes de los oyentes a las radios.
-Sí. Son de un fascismo tremendo. Pero los apañan los comunicadores que los atienden con entusiasmo. Esteban Mirol quería matar al intendente de San Nicolás cuando se cayó el chico al pozo. Santo Biasatti no habla con políticos. El es superior a la Constitución Nacional. La política te construye un aeropuerto en tu casa, pero te da exilio, cárcel, persecución y tortura. Te da pobreza. Los periodistas políticos ganan mil veces más acusando a los políticos. Alfonsín una vez me dijo que su tristeza era que por dedicarse a la política, no le pudo dar un bienestar a su familia.
-¿Es una estrategia?
-No. Es facilismo. Hoy se quejan en todos lados porque salieron libres los barra brava de Boca. ¿Quieren que les den cadena perpetua por agarrarse a bollos en una tribuna?. No se puede. Acá se armó un escándalo por la “pista de Anillaco”. Si elegimos un presidente que es de Anillaco, lo primero que se debe hacer es un aeropuerto para que no vaya a su pueblo en micro.
-¿Entonces por qué se oculta?
-Porque saben que en la Argentina eso está mal. Y está mal que esté mal. Desde el principio se planteó como una denuncia. Fue tan brutal aquel ataque que cualquier cosa que diga el gobierno se volvía en su contra. Y lo lógico era decir que era correcto que esa pista se construya. Ese hombre debe gozar de ciertos privilegios en el trato para que nadie se olvide que fue elegido por el pueblo. Sea quien sea. Clinton paró el aeropuerto de Los Angeles para peinarse (hizo subir a su peluquero). Fue su primer escándalo. Es una pelotudez que Alfonsín le haya sacado el título de “excelentísimo” al presidente de la Nación. Es demagogia y degrada el voto de los que lo eligieron.
-Usted se define como desarrollista.
-Sí... no. Ya no hay más desarrollismo porque son ideas que nadie rechaza. En su momento, Frigerio (y llevó a la rastra a Frondizi) realizó el más importante giro político de los últimos 50 años. Tal como Perón dio un giro social. La idea de que hay que aprovechar los recursos del país, que para eso hace falta dinero y que Argentina no lo tiene, no se discute. Es curioso, Perón y Frigerio, los dos hombres que dieron grandes golpes de timón siempre fueron “leprosos” entre los políticos.
-¿De Duhalde o De la Rua, quién se acerca más a estas ideas?
-Ninguno puede alejarse. Todo lo que digan en contra es pura campaña política. El mundo que viene no se va a dividir en partidos políticos. Hasta se podrán contratar empresas privadas para que gobiernen. Ya está pasando. ¿Qué diferencias hay entre Bush y Clinton o Blair y Tatcher? Ninguna. Hoy se habla de dolarización y yo tengo cinco tarjetas de crédito. Van cayendo las fronteras. Yo no voy a ver ese proceso pero los jóvenes sí.
-¿Es decir que la gente sólo puede elegir por simpatía porque en el fondo son todos iguales?
-Es así. Tiene que ver con la percepción emocional y psicológica del elector. Gana el que tiene más carisma.
-Defíname a los candidatos a presidente.
-De la Rua es un hombre de estudio, de gabinete, de academia, que se dedicó a la política y a las leyes. Duhalde tiene más instinto popular (aunque también tiene estudios). Son dos seres políticos. Creo que los dos quieren lo mismo y en octubre definirá la pertenencia del votante a ciertas tradiciones políticas.
-¿Según esa definición, De la Rua tiene imagen de administrador y Duhalde de caudillo?
-Ninguno de los dos es administrador. En la Argentina, todavía el gobernante es político.

Gustavo Masutti Llach
Revista Impacto - Buenos Aires
03 de Mayo de 1999

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