viernes, 30 de diciembre de 2005

Juan Alberto Badía: “Mi radio pierde plata todo el año y gana dos meses”


La referencia es para su emisora de Pinamar, FM Estudio, que mantiene abierta los doce meses. Asegura que seguirá allí durante 2006 y que ya apalabró su continuidad en canal 7 con “Badía en Concierto” y en Del Plata, con “Una buena idea”. Afirma que “de Cacho Fontana para acá se personalizó la comunicación alrededor del conductor” y se anima a anticipar el futuro.

Productor, empresario, funcionario, todo eso es, o fue Juan Alberto Badía. Sin embargo, él sigue definiéndose como “un hombre de radio”. Hoy se pasea por los pasillos del canal 7 como por su casa, repartiendo saludos afectuosos a derecha e izquierda. Parece que lo quieren allí donde durante 2005 llevó adelante “Badía en concierto” (que seguiría en 2006). En tanto, su amor por el micrófono lo despunta en Del Plata, AM 1030, con “Una buena idea” (sábados de 10 a 13) y en Pinamar, con “Estudio Playa”, el programa más importante de su radio, FM Estudio. “Tengo hablado renovar tanto en el canal como en Del Plata”.
-¿Estás conforme con hacer radio una vez por semana?
-Me divierte mucho, es nuevo para mí. De entrada creí que sería temporal y que pronto estaría de lunes a viernes. Ahora, cada vez que Marcelo (Tinelli) me ofrece salir en tira le digo que no.
-¿Qué ventajas tiene?
-Me permite armar notas especiales durante la semana. Es más una revista que un diario. Además, tiene mucha audiencia y todos están conformes.
-Antonio Carrizo me dijo que no importaba lo que hiciera, el programa siempre terminaba por ser él y su impronta. ¿Esto te pasa o podés imponer un concepto? -En la radio es así. Le pasa a él, a Larrea, y a Bravo, pero también a los nuevos. Pergolini o Lalo Mir siempre son ellos, sin importar su producto. Está bien que así sea. De Cacho Fontana para acá se personalizó la comunicación alrededor de la figura del conductor. Salvo, claro está, en las radios conceptuales.
-¿Qué tiene de bueno y malo?
-De bueno, que se logra la fidelidad. La gente sabe qué va a encontrar. Si no me bancan, no me van a escuchar aunque hay cosas en el formato que le pueden gustar.
-¿Por eso no funcionan tan bien los programas corales como los personalizados?
-Exacto. En Europa pasa lo mismo.
-Hace años que tenés una emisora en Pinamar: FM Estudio 98.1. ¿Qué particularidades tienen las radios de verano? -Hay algo que hago desde hace dieciséis años (y muchos lo incorporaron) que es la radio de cara a la gente, animada, televisiva. Que el otro comparta con vos in situ, que te vea caminando por la arena en traje de baño. En verano se hace eso. Ya nadie se esconde del público. Esto es una ocurrencia mía. Y cambió todo, porque tradicionalmente la radio era misterio, no se sabía cómo era el que hablaba.
-¿La televisión también tomo cosas de la radio?
-Seguro, algunas empezaron con mi “Imagen de radio”. Pero hoy las mañanas de la TV son claramente radiales.
-¿En la costa pasa lo mismo con un medio que con cualquier otro negocio? ¿Hay que salvar económicamente el año en tres meses?
-Es interesante eso. Mi radio pierde plata todo el año y gana dos meses. Nosotros bonificamos desde el quince de diciembre al primero de enero y del primero al quince de marzo.
-Qué presión.
-Sí. Sobre todo porque hay muchas golondrinas que se instalan sólo cuando rinde. Contra eso nos defendemos los que nos quedamos a pasar el resto del año, porque son nuestra peor competencia. Tal vez lo sufre menos el que pone música con una computadora. Pero nosotros tenemos gente que hace micrófono, operadores, es decir, empleados y costos. La facturación del invierno no te cubre. La del verano, entonces, la tenés que dividir por doce.
-¿Te quejás?
-No, porque me comprometí como radiodifusor. Gané un concurso y obtuve la licencia en base a que iba a hacer esto. Si pongo una computadora estoy defraudando.
-¿Está limpio el aire en la costa?
-No, todavía no. Es una zona muy atractiva para el ilegal, sobre todo las partes altas. Te aparece una antena en cualquier lado y empiezan a emitir. Cuando lo vas a sacar ya pasaron los dos meses y se va solo. Sí puedo decir que está más controlado que en otras partes porque hay una Asociación de Radios en la que se trata de unir criterios.
-¿Qué cambios faltan en el medio?
-No se llegó a la cumbre. En la radio, los avances en la tecnología son los que permiten las revoluciones en la estética. Yo editaba en cinta abierta. Llevaba horas pegar una palabra con otra. Hoy, en la computadora tengo un programa que me lo hace en dos minutos y me ofrece muchas opciones más. Lo técnico abre caminos en lo artístico.
-¿Por ejemplo?
-Hoy los móviles ya no son pesados VHF sino apenas un teléfono celular que cabe en un bolsillo. Podés mandar a un tipo a que salga al aire casi desde cualquier lado. Lo mismo vale para la centrales digitales, que permiten que los oyentes dejen mensajes.
-¿Dónde está hoy la vanguardia?
-Tal vez no se escuche en las radios masivas. Allí tarda mucho más en llegar lo nuevo, porque manejás un nivel de audiencia y no se puede innovar por el miedo al fracaso. Pero cuando dirigí la de la Ciudad hice un concurso de demos y ahí sí que pude escuchar la radio que se viene. Estética y conceptualmente nueva.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina

30
de diciembre de 2005

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