domingo, 3 de octubre de 2004

Michel Peyronel: "Pergolini está muy lejos de Peña"


Llega a la radio con su potente moto Harley-Davidson y vestido en consecuencia. Michel Peyronel tiene un chiste para cada una de las personas que se cruza en el pasillo, y un trato un poco más recio para con los que atiende por teléfono. El director artístico de la KSK radio (FM 101.9) y baterista del legendario Riff advierte una y mil veces: "No me tergiversen lo que digo" y cada vez remata el latiguillo con una risotada. "Cuando surge la idea de la radio, se me pide que la diseñemos apuntando a un target de 15 a 35 años -confiesa-. Difícil, porque es un segmento muy amplio. Quiero pensar que le encontramos la vuelta con la programación musical. Además, con el equipo que tenemos, resulta sencillo dirigir. Lo que se me ocurre, lo puedo plasmar enseguida. Los problemas de sonido pueden venir porque el aire está muy sucio. Una pena".
-Describí la música de KSK.
-Son las canciones de los charts mundiales de música pop electrónica. Eso amalgamado con lo que serían "oldies modernos".
-¿Perdón?
-Sí, es contradictorio, te explico: Se trata de remixes de temas antiguos. Por ejemplo, ahora está sonando "Cheek to cheek", por Louis Armstrong, pero remixado. No hay nada original, todo es remixado. Si no, se pierde el sonido, el pulso. Por suerte, todas las bandas importantes ahora sacan versiones remixadas de sus discos. Me gusta esa química.
-¿Cómo amalgamás tu programa, "El lounge" (lunes a viernes de 19 a 21) a ese target? Siempre apuntó a mayores.
-Terminamos siendo una radio muy ecléctica. Igual, la música que se pasa seduce porque está de moda. El responsable es Cris Raimundi, y no sé de dónde la saca. Tiene un gusto increíble.
-¿Vos trajiste a Fernando Peña ("El parkímetro", lunes a viernes de 10 a 13)?
-Sí, nos tenemos "respeto" (entre comillas porque si no, suena aburrido) y cariño. Fue una incorporación estratégica. Porque tiene un encendido fabuloso y hace estallar los teléfonos. Es el tipo más groso de la radio, el Howard Stern argentino. No hay una estrella de radio con su dimensión.
-¿Ni siquiera Pergolini, ya que también dijeron eso de él?
-Nooo. Está muy lejos de Fernando. De arranque, Peña tiene seis personalidades más (se rie).
-¿Siempre te llevás bien con Fernando?
-Tenemos nuestras roscas, cuando me ve aparecer en el control, tiembla. Pero en general nos llevamos muy bien porque nos apreciamos. Me gusta pensar en mí como un artista, por lo tanto, no le reprimo sus impulsos.
-¿No hay tanda publicitaria?
-No. Las empresas son parte de los contenidos. Ni PNT ni "chivos". Se le busca a cada firma una justificación. Por ejemplo, tenemos las aventuras de Ad y Vance, que promocionan a una empresa de Internet, y son parecidos a Pinky y Cerebro. O una empresa de cosméticos, que fomenta serenatas de reconciliación para hombres que se pelearon con sus chicas.
-¿La idea la tomaste de una radio francesa?
-No. "El lounge" era así hace cuatro años. Tampoco es nada que no se te pueda ocurrir. La radio del futuro será así. No va más lo de "conductor - música - tanda kilométrica". El problema es que lleva un laburo infernal. Todo es guionado, por eso nadie quiere hacerlo. Trabajamos mucho más que cualquier radio o agencia de publicidad. Acá todo es muy dinámico.
-¿Con quiénes compiten?
-Con la Metro, La Pop y X4. Pero nosotros tenemos una personalidad. Competimos con nosotros mismos para ser superiores. Como hicimos con la Tango. Soy muy intuitivo, no uso fórmulas para hacer una radio. La produzco como si fuera un disco.
-¿Vuelve Riff?
-Sí, ya hablamos con Pappo, Vitico y su hijo Nicolás, que se suma para reemplazar a Boff. El año que viene cumplimos veinticinco años no sé de qué. Porque en ese tiempo estuvimos juntos cinco, y la mitad, peleados (se ríe). Va a salir un DVD doble con recopilación de varias épocas. Y estamos decidiéndo qué hacer. Tal vez un unplugged.
-Como músico...
-No, esa palaba es muy grande. Soy apenas una humilde estrella de rock.
-En fin, ¿Ves algo interesante en el panorama musical?
-No hay un gran nivel de composición, pero sí sonidos muy ricos. Del rock internacional me gusta Black Eyed Peas, son muy interesantes.
-¿Y de los argentinos?
-No puedo poner en la radio toda la música nacional que quisiera. Sólo muy pocos, como Gustavo Cerati, tienen el nivel internacional necesario. Acá programás un remix de Madonna y suena tan intenso que no le podés poner alguien al lado que se vea pobre. Hoy los DJs son celebridades internacionales.
-¿No les dirías como Pappo, que se "busquen un trabajo honesto"?
-Grabamos un separador con su voz que dice: "Los DJs no tocan, pasan discos". Me causa mucha gracia.
-¿Y la cumbia?
(Se tira para atrás en el asiento y se toma la cabeza)-
Tengo fobia por la bailanta. La cumbia villera me da... ¡asco! No hay plata que puedan pagarme para que me involucre con eso. Es una grasada inmunda.
-¿Para tanto?
-Imaginate, de pronto nos converimos en un país tropical. ¿De dónde? ¿Porque hay un par de palmeras? Todo ese circuito del conurbano bonaerense, al que íbamos con Riff y tocábamos, tenía una cultura rock. Ahora está infestado de esas bailantas de porquería llenas de tipos tomando mezcladito y aspirando pared raspada. Asqueroso. La música electrónica no me parece nada mal, es arte. La cumbia no tiene nada, es un curro.
-Sin embargo crece.
-Por la falta de educación y el nivel chato del país. Quiero que sepan los bailanteros que soy su enemigo. El otro día Fernando sacó al aire a la Tota Santillán, me fui al control y le dije de todo menos bonito. "Tenés que tener la mente abierta" me dijo la Tota. Justo a mí que hice una radio de tango, otra de oldies, ahora una de música electrónica y toco en una banda de rock pesado. Pero, como me decía Pappo, "a la música no le toco el culo". Nunca.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Octubre de 2004

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