sábado, 7 de febrero de 2004

Roberto Di Sandro: "Soy testigo de la historia. Los presidentes pasan y yo quedo".

El hombre que viste una de las corbatas regaladas por Juan Domingo Perón se maneja como un dueño de casa. Todo el mundo lo saluda y le sonríe y él afirma, confirmando "Conozco cada baldosa, cada ladrillo de este lugar". Roberto Di Sandro es conciente de su leyenda. No es para menos, el lugar es nada menos que la Casa de Gobierno, y el periodista reporta las novedades allí desde el 29 de octubre de 1947, sin interrupciones. En el interín vio pasar 23 presidentes y desde hace más de treinta años redacta las "Intimidades de la Casa Rosada" en nuestro diario. Pero además de ser el decano de los acreditados en ese lugar, desde hace más de una década conduce su programa de radio. Relata: "'Hola Ciudad' (Splendid, AM 990, lunes a viernes de 15 a 16) arranco en Splendid, como "Hola Buenos Aires", después me pasé a las FM de la Ciudad (ahora 2X4) hasta que llegó Juan Alberto Badía y nos echó a todos. Entonces volví a Radio Splendid y me llevé a todo mi equipo: el operador, Matías Ferrari, la locutora María Alejandra Galasso, mi señora Norma y mis dos hijas, Silvia y Rosana. En este programa hablan todos los sectores políticos, sin censura y sin malas palabras. Anda bien, alcanzan los cien o ciento cincuenta llamados en esa hora".
-¿Cuantos presidentes salieron al aire en ese programa?
-Todos. Habló Menem, De la Rúa, Rodriguez Saá, Puerta, Caamaño y Duhalde. Es decir, desde el 2001, debo tener el record mundial de entrevistar a cinco presidentes de un mismo país, en un programa de radio, en menos de una semana.
-¿Hubo presidentes más generosos con la información?
-Yo tenía muchos contactos en la época del peronismo. Sobre todo durante la primera presidencia. Pero me manejé bien con todos, militares y civiles y me encanta meter primicias. Es cierto que Onganía y Levingston eran difíciles.
-¿Cuál fue la primicia que más lo marcó?
-Cuando anuncié la salida de Perón de la embajada paraguaya, con un sombrero. De ahí se lo llevaron a Asunción en la cañonera. Por eso cobré cincuenta pesos, que era buena plata.
-¿Nestor Kirchner salió en su programa?
-Cuando era gobernador. No sé porqué, pero ahora no habla con los acreditados en Casa de Gobierno. Y eso que nosotros somos los periodistas del presidente. Hace sus declaraciones en otro lado, debe ser su estrategia, su estilo. Sí saqué a Aníbal Fernández, el ministro. Kirchner tiene resistencia a hablar con nosotros, pero no lo voy a ir a buscar. Con todo respeto, estoy más allá de ellos. Yo "vivo" acá desde el año 1947, soy testigo de la historia. Ellos pasan y yo quedo.
-De los presidentes justicialistas, ¿cuál fue el más peronista?
-Juán Perón. El resto... Menem fue un trucho mentiroso. Un liberal que nos engañó a los peronistas. Hacía lo contrario a Perón y se olvidó de la gente. Se lo dije. Tal vez el que más se le acercó a Perón fue Duhalde. Y este hombre, Kirchner, está haciendo cosas vinculadas a la primera presidencia de Perón. Me gustaría que él lo reconociera también: "Esto lo hizo el general en tal año". Si le dijo al patrón del mundo, George W. Bush, que era peronista, debería hacerlo acá también. A tu padre tenés que agradacerle cosas.


En la sala de prensa de la Casa Rosada los periodistas esperan distendidos el horario de una conferencia de prensa que se dará en minutos. Contra una pared hay un pizarrón verde y gastado en el que alguien escribió con tiza: "Felipa se la aguanta". Por si alguien no conoce la historia, Di Sandro la cuenta: "La noticia del intento de desalojo de la gata Felipa la pasé yo. Al principio creían que era un gato y la querían echar, pero el presidente en persona dio la orden de que se quedara 'No se toca', dijo. A Héctor Ricardo García le encantó la información y mandó un móvil de Crónica TV para hacer una nota. Al otro día lo levantaron todos los medios".
-¿Qué hubiera pasado con su carrera si no entraba a Casa de Gobierno?
-Ni idea. Me gustaba jugar al fútbol. A los 17 dejé el secundario en cuarto año y mi viejo (Carmelo, que fue fotógrafo de Perón del '46 al '55), casi me mata. Enseguida me consiguió laburo en Télam. Estuve apenas tres días sin trabajo en mi vida.
-¿Le dio consejos a los presidentes?
-No. Pero les hubiera dicho que se mantuvieran "Firmes junto al pueblo". Sí a algún ministro, porque conocen mi larga trayectoria y me preguntan si conocía a fulano o a mengano. No creo que en todo el mundo exista un periodista con 56 años en una casa de gobierno. En Estados Unidos hay una mujer que está hace cincuenta. Yo le gané. Increíble.
-¿Alguna vez optó por callar información?
-Muchas veces. Porque me la daban pero me pedían por favor que no la hiciera pública. Nunca me arrepentí de haberlo hecho porque de otra manera no hubiese respetado la palabra empeñada. Y eso que pasé momentos difíciles acá. Como cuando bombardearon la Plaza de Mayo el 16 de junio del '55, o durante la guerrilla. Así me enseñaron. No hay que faltar a la verdad.
-¿Qué defiende?
-Los ideales de los argentinos, que la pasamos mal. Ahora mejoramos un poquito, pero nos quedamos sin bandera, no nos vamos a engañar. Vendieron todo.
-¿Va a escribir un libro de memorias?
-Estoy redactando unas unas columnas para www.cronica.com.ar con mis cincuenta y seis años en la casa de gobierno. Todo lo voy a hacer con el diario.


Gustavo Masutti Lach
Revista Ahora- Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Febrero de 2004

Gloria Lopez Lecube: "Quiero que la gente reflexione sobre lo que opino, no que piense como yo".

-Ahora prefiero escuchar la Quince 40, antes que La Isla.
-¿Por qué?
-Porque ponemos todos los hits del momento. Si escuchás esa música te volvés loco.
Con el entusiasmo de una adolescente, Gloria Lopez Lecube cuenta el nacimiento de su nueva radio, la Quince 40 (AM 1540). En los estudios de su "hermana mayor", FM La Isla (89.9) , la periodista baila cuando hace escuchar los temas de nueva AM, y se ilusiona ante la salida en duplex de los programas de María Belén Aramburu ("Noticias que queman", lunes a viernes de 7 a 10),y el propio, "Regreso con Gloria" (lunes a viernes de 18 a 20).
-La Isla funciona con un PPP (Permiso Provisorio Precario). ¿La nueva?
-La Quince 40 surge de una licitación que gané en 1999. La iba a instalar en 2001, fui a alquilar un terreno en Merlo (ahí están la antena y la planta transmisora) cuando empezaron los saqueos y la debacle económica. Me asusté porque en esa zona fue terrible. Hasta ahora no me había repuesto del shock.
-¿Qué alcance tiene la Quince 40?
-Todo el conurbano hasta La Plata. Y al ser oficial, nadie se puede meter en la frecuencia. El target es el hombre pensante que vive en la Provincia de Buenos Aires.
-¿Por qué dejaste la primera mañana, que es el horario más fuerte de las noticias?
-Lo hice durante doce años y eso genera un daño neurológico muy grande. Aunque tuve la gratificación de construir todo esto, perdí ahí los mejores años de mi vida. Estuve muy ocupada durante la adolescencia de mis chicas, pensá que además soy la directora de la radio. Si alguien te dice algo, (se lamenta) no estás como para escucharlo.
-Describí "Regreso con gloria".
-Un regreso con mucha opinión, sin los entrevistados típicos. No quiero a ninguno de esos. Estamos hartos de los diputados, de los funcionarios...
-Si no vas a reportear a los políticos, ¿a quién vas a sacar al aire?
-Ya tenemos confirmada a la esposa del candidato demócrata estadounidense Kerry, una mujer que habla cinco idiomas, entre ellos el español. También al presidente de Catalunya, que se quieren separar de España. Gente que sea diferente porque eso es lo que quiere mi público. Voy a poder meterme en profundidad con los temas.
-¿Con qué enfoque?
-Dos niveles: el político y lo personal. Creo que el 2004, en lo político está cerrado, por lo tanto, este será el año del crecimiento personal.
-¿Cómo que está cerrado?
-Sí. No habrá cambios, no hay elecciones, y la economía va a subir. El 2005 será igual, después, Dios dirá. Por lo tanto, serán dos años en los que vovleremos a preguntarnos quiénes somos.
-¿...?
-Nos perdimos en un laberinto durante los últimos años de la crisis. Ahora vamos a querer cuidarnos. Por eso en mi espacio habrá lecciones de vida, cuentos de los viejos sabios. Esas cosas que hacen que la gente viva mejor.
-¿Tratás de orientar el pensamiento de la gente?
-No. Lo único que me importa es provocar el pensamiento. Quiero que la gente reflexione sobre lo que opino, no que piense como yo.
-Siempre te definiste como una mujer política. ¿Lo que decís marca una postura?
-En mi programa la oposición tendrá un espacio fijo. Eso surge de preguntarme "¿cómo ayudo a que haya una verdadera democracia, donde no te callás, te comprometés y no cruzás la calle por la mitad de la vereda?"
-Lo preguntaba desde este punto de vista: ¿Para vos pasó el "que se vayan todos" y llegó el "qué hacemos nosotros"?
-Es "¿qué hacemos con nosostros, que elegimos a los mismos diputados?" Hay que respetar las normas de convivencia y de cortesía. Tango que saludar al taxista y desearle que tenga un buen día. Con eso le puedo alegrar la jornada. El nivel de calidad de vida se sube con pequeños actos cotidianos. Si hago una buena acción me alegro. Quiero esos cambios.
-¿El resumen sería: "no puedo cambiar a los de arriba, cambiemos desde abajo"?
-Es así, eso también es hacer política. Busquemos qué hay en nosotros para que la corrupción esté tan podrida. ¿Qué hacemos para que nos roben el país?
-¿Esa será la linea editorial de toda la radio?
-Nadie sin esta intención y este proyecto integra La Isla. Me importa más el contenido que el valor económico de un programa.
-¿Cómo ves a la Provincia de Buenos Aires?
-Olvidada-Dominada. Trataré de representar a los bonaerenses, todo un desafío.
-No hay uno solo.
-Buscaré hablarle al hombre de campo, al carpintero, al agroquímico...
-¿Al desocupado?
-También. Con música para bailar, alegre: Chayanne, Luis Miguel, salsa... para un público un poco más joven que el de La Isla.
-Por lo que contás, tendrá una estética más parecida a la de Radio 10 que a la de Nacional, por ejemplo.
-Te pido que ni me la nombres a Radio 10.
-Hablaba de la estética.
-Repito la respuesta.
-¿Escuchás radio?
-Sólo las mías.
-¿Cómo sobrevivió a la crisis, la radio?
-Gracias a que tengo ingresos personales, de mi familia, que no tienen nada que ver con la emisora. La inversión grande la había hecho en 1998.
-¿Qué pasa con la otra AM, la 1630, de La Plata?
-Esa es la AM La Isla. Me la otorgaron a mí, con un decreto de De la Rúa, pero está con conflicto judicial. Ahora la tiene Balcedo, el dueño del diario Hoy, porque se la dio Menem. De la Rua se la tuvo que sacar y dármela a mí porque su presentación está impugnada. Pero interpuso un recurso de amparo y por ahora la maneja. En cuanto eso se regularice, tendré tres radios. Depende del juez Miralles.
-Ahora estás de novia con Osvaldo Bressia, una persona de perfil más bajo que los anteriores.
-Sí, estoy de novia. Pero él sale en los medios porque es un productor de autos sport, de colección, y le hacen notas. En el ámbito del automovilismo es muy conocido. Igual, nunca tuve probleamas con la exposición pública, porque no tengo nada que ocultar. Sé quién soy.


Gustavo Masutti Lach
Revista Ahora- Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Febrero de 2004

Héctor Larrea: "Rivadavia ya no era mi lugar"


Esculturas blancas y sin cuerpo. Héctor Larrea está fascinado con las figuras de humo de cigarrillo que salen de su boca. Las mira concentrado mientras piensa las respuestas a esos temas "que pueden ser malinterpretados". Como el de su "divorcio" de Rivadavia y su rápida incorporación a Radio Nacional (AM 870) . "Arrancaremos el primero de enero, de 9 a 13, con 'Una vuelta Nacional'", anuncia y se le ilumina la cara, está contento de verdad.
-No se va a llamar "Rapidísimo".
-Nooo. Nos pareció que ya estaba, que había pasado.
-¿Hubiese sido una provocación para las autoridades de Rivadavia?
-No creo.
-¿Qué se puede esperar del programa?
-Igual no va a ser, porque nunca se puede conseguir eso. Será el de siempre, pero enriquecido. Tenemos que trabajar mucho todavía, hasta que salga al aire. Hace mucho que tengo ganas de contar historias y federalizarnos. Por eso tendremos que viajar seguido.
-En eso Nacional calza justo.
-Exacto. También con mi estilo y con mi tipo de música. Hay una movida de folclore, rock y tango que me parece muy rica. Están Iaies, Juanjo Dominguez, Adriana Varela, Raly Barrionuevo, en fin, hay mucha música para poner.

La referencia sale sin malicia (sería impensable en él) pero tampoco desprovista de intención. Es que ese, el de la música, fue el detonante de los desentendimientos que terminaron con su salida de la emisora de Pueyrredón y Arenales.
-Sé que tuvo ofertas de otras emisoras. ¿Se inclinó por Nacional por la libertad y el alcance?
-Lo que más me entusiasmó fue la posibilidad de mantener la variedad en lo musical. Porque no es una radio que se maneje con target de público. Con nuestra llegada hay entusiasmo. Decir que vamos a generar conmoción sería tonto y absurdo, pero vamos a hacer nuestro aporte.
-¿Pateó el tablero por lealtad a sus oyentes, a usted mismo, hubo otros motivos...?
-No pateé el tablero, no creo que haya sido tan grave.
-Usted y Rivadavia estaban muy identificados.
-Puede ser, en fin, repito: no creo que haya sido grave. Básicamente tuvo que ver con lealtad conmigo. Suelo ser muy dubitativo y lento a la hora de tomar decisiones, pero esta vez no. Tampoco digo que la dirección de Rivadavia estuviese equivocada. Digo que no me interpretaron y por eso sentí que ese no era mi lugar. Es más sencillo de lo que la gente cree.
-¿Discutieron?
-No. Cuando me di cuenta de cómo iba a ser la cosa supe que no era para mi y se los dije con toda serenidad. Hablé con los dueños de la radio, con quienes tengo una excelente relación, y les pedí la rescisión del contrato. Salió rápido porque me parecía que sería muy grave y poco respetuoso empezar la temporada y después renunciar.
-¿Cómo se lo tomaron?
-Me entendieron. Me dijeron: "...mirá que se puede ser más elástico", pero les expliqué que no había posibilidades de elasticidad porque había cambios fundamentales. Ojo, no creo que la dirección esté equivocada, y se los aclaré. Es que me iba a sentir un "sapo de otro pozo".
-No estaba cómodo con el proyecto.
-Es tan sencillo como eso. Y cuando pasa eso no hay nada que hacerle. Si la radio quiere llevar un proyecto adelante, y no estoy de acuerdo ¿se va a ir la radio para que me quede yo? Eso es imposible.
-Está pecando de modesto. Usted era una marca registrada de Rivadavia.
-Es cierto, pero como sea, siempre se tiene que ir el tipo. No se puede ir la institución si el proyecto sigue adelante.
-Entonces fue la música, nomás.
-La música es la continuidad del pensamiento del conductor del programa. No es un tema menor. Porque de otra manera la gente se desconcierta. Te digo más: es muy probable que los que estén más atinados en cuestiones de target y estrategias comerciales sean los que manejan la radio. No obstante, yo me iba a sentir descolocado escuchando en mi programa música, que debe ser muy buena, pero que no me identificaba. Aunque suene pretencioso, lo de la música es una cuestión filosófica.
-¿Tuvo algún reparo?
-No. Ahí no pensé que me podía quedar sin trabajo, ni que me podía ir para siempre. No pensé nada.
-Salieron a apoyarlo muchos colegas: Mario Pergolini y Victor Hugo Morales, incluso lo hicieron al aire.
(Sonríe una vez más)-Me lo comentaron, sí. No lo escuché porque hace varios días que no prendo la radio. Es una exageración lo bien que hablan de mi siempre.
-¿Cómo se para ante el reconocimiento de generaciones más jóvenes?
-Hace poco acompañé a mi hija al sanatorio porque se había luxado un dedo. Una enfermera de unos 26 años me dijo: "hoy usted en su programa..." le contesté que me estaba macaneando, que no podía ser que me escuchara. Me aclaró que se había ido a vivir sola y que el único puente que tenía con su mamá era mi programa. Que desde chiquita ella sabía que cuando escuchaba la musiquita de "Rapidísimo" tenía que levantarse para tomar la leche e ir al colegio. Ahora, de una de las cosas que hablaba a la noche con su madre es de lo divertido que pasó en el programa. Esto es lo que debe pasar con Pergolini, Bobby Flores, Lalo Mir u otros más jóvenes. Tiene que ver con los afectos. Eso sí, no van a coincidir con mi música.
-¿Alguna vez reflexionó sobre qué es lo que, más allá de la popularidad, hace que algunos comunicadores, como usted, reciban tanto afecto y otros, en el mejor de los casos, respeto?
-Varias veces reflexioné, pero nunca llegué a una conclusión que me deje satisfecho sobre por qué me toman como alguien de la familia. Especulo con que tiene que ver con que vengo de clase media baja, con las necesidades básicas cubiertas con mucho esfuerzo. Es decir: tenía dos guardapolvos porque me los cocía mamá, y comía en casa y no en el comedor de la escuela. Pero tenía amigos de todas las extracciones, y cuando crecí, de todas las ideas políticas. Soy un ejemplar muy parecido a la mayoría y la condición humana que excede todo. El día que este país sea una maravilla, los problemas humanos y los propios de las relaciones interpersonales van a seguir existiendo. Por eso le hablo a la gente sencilla y trato de transmitirles mi experiencia de vida y la dicha de vivir. Por algo el slogan de nuestro programa es "celebrando la vida".
-¿Tiene que ver que abra el corazón al micrófono?
-Eso sí.
-Dice que en la TV ya hizo todo, ¿por qué?
-Porque si vuelvo haría más de lo mismo. Tampoco me gusta tanto. Yo hice TV empujado por mi entorno porque me decían que si no aparecía en la tele, me tenía que volver a Bragado en dos años. Si no se conoce tu cara, hoy en la radio no existís.
-¿A quién escucha?
-Me gustan Ari Paluch, Pergolini y Lalo, que hacen programas de AM en FM. También ahora está Pettinatto, que es genial. No sé como hace un programa tan difícil como "Indomables". A propósito, me invitó a darle consejos al aire para ser buen locutor.
-¿Cuáles serán?
-Si hay una chica linda en la radio hay que preguntar "quién la atiende" porque puede ser el dueño. No proferir improperios al operador porque se te pone en contra y perdés. Tampoco enrrollarse con chicas de la producción porque cuando el romance termina, en vez de comunicarte con D'Elía, te da con Alsogaray.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Foto: Clarín
Febrero de 2004