lunes, 30 de junio de 2003

Humberto Tortonese: "Lo zarpado queda para la radio"


Abre mucho los ojos cuando quiere enfatizar una idea y se muestra relajado y locuaz, sobre todo después de una caipiroshka y un mojito, que no le restan lucidez. Dos virtudes de Humberto Tortonese: su talento como actor y su desfachatez a la hora de opinar. Todavía se recuerdan sus participaciones en "El show de Antonio Gasalla", junto a Alejandro Urdapilleta y ya volvió a "pegar" fuerte con un nuevo personaje, la desopilante diputada Gazcón, que brilla en el programa de Susana Giménez. "Me divierte mucho hacerlo", reconoce.
-¿Cómo te llegó la propuesta?
-Me llamó el productor, Luis Cela, y fui con ciertos reparos porque me habían ofrecido algo en el 2000 y no nos pusimos de acuerdo. Buscaban una participación en vivo y así apareció la Gazcón, que es un personaje que yo tenía para divertirme (no suelo sacarlos de la galera).
-Definila.
-Es una diputada putona y absolutamente menemista. Que, como es corrupta y está acomodada en todo, es ideal para estos tiempos. Y tiene un estilo diferente al Porelortti de Fernando Peña.
-¿Cómo te llevás con Susana?
-Tenía mis dudas sobre la química en vivo, pero la verdad es que me llevo bárbaro. Es muy buena "rebotera" y cuando ella se divierte se sabe que el público también.
-¿Cuánto va guionado?
-Los guiones los armo con Carlos Barragán, que también me ayuda en la radio (está en "Tarde Negra", junto a Eli Vernaci en la Rock & Pop). Tengo que llevar una base y, si se improvisa, mejor. Ella nunca quiere saber cómo termina porque quiere sorprenderse.
-¿Tenés que leer los diarios?
-Trato de informarme, pero cuando armo una historia, la realidad siempre me supera. Ya me pasaba en lo de Gasalla cuando hablábamos de suicidios muy particulares que después ocurrían.
-¿Una realidad bizarra te obliga a ser más vanguardista?
-Sí, porque para sorprender tenés que ir siempre un paso más allá. Pero en la Argentina ya se ha dicho de todo...
-... hasta poemas a las pijas por televisión.
(Se ríe)- Bueno, era un muy buen poema y se podía recitar a las doce de la noche.
-Ahora te cuidás con el lenguaje y los temas.
-Sí, pero tengo mucha libertad. Si me adapto al horario puedo decir cualquier cosa. Al principio estaban todos asustados y me prevenían, ahora se calmaron y quieren más. Lo zarpado queda para la radio.
-Me comentaron que hay taxistas que los escuchan pero cuando suben pasajeros los tienen que sacar.
-A mí también. Sobre todo cuando los pasajeros son personas mayores. Del mismo modo que hay otros que les dicen (imposta una voz grave) "Señora, si no le gusta bajesé". Con la Negra Vernaci tengo una gran conexión y eso sale al aire. Es una hermandad muy divertida. Ella sabe y te enseña muchísimo.
-Y el Comfer los escucha con cuchillo y tenedor.
-Sí (se ríe) pero ahora están más tranquilos. Como...
-...entregados.
-¡Ojalá se entregaran de una vez y se dejaran de joder!
-¿Te gustaría hacer algo tuyo sólo en TV o radio?
-Nunca lo pensé porque tengo otros medios para expresarme como el teatro.
-¿Esta participación con Susana es lo más popular que hiciste?
-Podría ser. Pero con Gasalla tenía muchísimo rating e iba por ATC, que se veía en todo el país. Era una época de oro. Además ese programa era todo de humor, acá sos un respiro. Con su capacidad, Antonio tendría que tener su propio programa de nuevo. Pero se debe haber cansado.
-A propósito, compartís programa con Gasalla de nuevo.
-Sí, él estaba que sí, que no, pero sigue con su Mamá Cora. Como a él me gusta meter chistes que tienen que ver con lo escatológico y lo mortuorio. Claro, es difícil adecuarlos al personaje y al ámbito.
-En el 2000 no aceptaste ir con Susana porque no te satisfizo la oferta económica. ¿Esta vez te adaptaste?
-Todos los argentinos nos adaptamos a un montón de cosas (sonríe). Lo que pasó fue que aquella vez tenía mucho trabajo programado (teatro, cine y radio). Me tenía que meter en un quilombo desgastante y pedí una guita como para que valiera la pena el esfuerzo. Esta vez estaba Cela y la propuesta fue distinta, más respetuosa.
-Hay que mimarlo al actor ¿no?
-Y... un poco sí. Eso es lo que debe saber un buen productor: a veces no importa tanto la guita sino cómo te tratan. Si te sentís bien, laburás bien. En este momento estoy mucho más tranquilo de lo que me imaginaba. Y así puedo sacar lo mío sin problemas. Es que el olvido para una actor es terrible.
-Hace diez años decías que estar en la tele era venderle el alma al diablo.
-Diez años en la vida de una persona es mucho tiempo.
-¿Cambió la tele?
-No, a ver (piensa). Cuando dije eso la TV era un mundo de mucho poder. El poder estaba ahí. Entonces, cuando te vendías a eso, te chupaban. Porque hacían de vos un producto y te cambiaban. El tiempo te da la fuerza y la confianza necesarias para saber que eso no te va a pasar. El "ahora me meto y ahora no", el estar seis meses sin laburar, sin guita, y decir "¡Nadie me quiere, no sirvo para nada!", sirven. Una vez que pasás por todo eso, te equilibrás.
-¿Te sacaste prejuicios para trabajar con Susana?
-Siiií. En realidad, siempre fue otra cosa. Por ejemplo, Mirtha Legrand es la señorota y qué se yo. Susana es una artista popular. Claro, ir del underground a lo de la Gimenez es extraño. Yo hice todo el camino, pasando por Gasalla y el teatro oficial.
-¿Cuál es tu límite ético?
-Hay cosas que no haría. En TV siempre hice lo que quise, cosas que tuvieron que ver con mi placer. Hace poco le negué una nota a InfoBAE y si te toca ir a Canal 9 te persignás antes de entrar. Sobre todo ahora que pasaron las elecciones. Deberían poner la señal de ajuste todo el día.
-Verónica Llinás me dijo que una vez un punk la acusó de haberse vendido.
-Claro, pero ella laburó en tiras. Yo nunca lo haría pero no por principios sino porque no aguantaría el ritmo. Tampoco me puse a hacer la de Nito Artaza para facturar.
-¿Te pasó lo de Verónica?
-Una vez un borracho mal me dijo agresivo: "¿Te acordás de mí? ¡Qué te vas a acordar si estás en la tele! Les da bronca. Me puse a explicarle hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo. El público es maravilloso pero tremendo.
-Y encima llegaste al festival de Cannes.
-Sí, con una película de personajes marginales donde hago de un travesti ("La Cruz del Sur") que nos costó muchísimo y que yo pensaba "¿quién nos va a ir a ver?"
-¿Te cruzaste con Nicole Kidman o Schwarzenegger?
-Eso de que te la pasás de fiesta en fiesta y tomando champagne en un barco es verdad. Todas las noches había una diferente y estabamos cansados, no queríamos ir. Sí, te cruzabas a las estrellas de Hollywood en los salones, pero como no los admiro, no me provocó nada. El día que exhibieron la peli nos sentamos atrás, en el suelo. Y me agarré una depresión bárbara porque se sabe que los críticos van y vienen, pero lo que yo veía era que la gente se iba de la sala. Encima sin dormir y con los ojos inyectados. ¡Alquilar un esmoquin es carísimo! Y los VIP la pasan peor porque están obligados a ir a todos lados y no pueden ni salir a la calle.
-¿Y los premios?
-Creí que ganaba la de Babenco, pero se la dieron a la de Gus Van Sant, que es una porquería. Aburridísima y lenta. Lo que pasa es que, como los franceses se opusieron a los yanquis en la guerra, le premian una película estúpida para decir "ojo que no somos enemigos". Es como dice Urdapilleta: "Sudamérica es maravillosa". A la larga amás lo de acá. Ojalá el gobierno de Kirchner se ponga a tiro.
-¿Cómo sería?
-Que termine con el hambre y la miseria. No va a ser fácil. Por eso me encantó escuchar a Fidel hablar de cosas elementales como la salud, la educación y la alimentación. Podés discutir todo, pero esas bases deben estar. Hay un optimismo y una esperanza rarísimos. No como hace unos años, cuando se postulaba cualquiera porque la gente odiaba a los políticos. Sobre todo porque nos pusieron a votar a Kirchner, que ni lo conocemos, para que no suba Menem. Raro.
-¿Vos qué votaste?
-Iba a votar a Lilita pero ¿qué iba a poder hacer ella? Puse en el sobre a Alfredo Bravo y por lo menos se fue al cielo con mi voto.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Junio de 2003

domingo, 15 de junio de 2003

Horacio Caride y Fabricio López: "Porta nos dijo: 'Son como un número cinco. Los ponemos al lado de una figura y lo hacen brillar'".

Con esfuerzo y perseverancia, el periodista Horacio Caride y el locutor Fabricio López consiguieron hacerse un espacio propio en la "primera" de la radiofonía nacional. Nada menos que "Domingo Tempranísimo" (Mitre, AM 790, domingos de 7 a 10, junto a Eduardo Bonello, Rubén Sandoval, Eduardo Seisdedos y Claudio Díaz Colodrero), una marca registrada de los fines de semana. "La respuesta del público es maravillosa -señala Caride-. Tenemos una enorme cantidad de llamados de oyentes y en el rating: cuando no estamos primeros, estamos segundos. Tiene que ver que la crisis económica hace que no todos puedan comprar los diarios y nosotros seleccionamos las mejores noticias, reportajes y artículos y los leemos".
-¿Cuál es su público?
(C)-Le hablamos a la gente de treinta años para arriba porque es raro que un pibe esté escuchando AM ese día a esa hora. Aunque, nos encontramos con varias sorpresas. Nos escuchan jóvenes, gente del ambiente y una vez nos llamó Mirtha Legrand para hacer una aclaración sobre algo que habíamos leido. Nos imaginamos a nuestro oyente ideal remoloneando en la cama. Tenemos que acompañarlo, no levantarlo a la fuerza como en la semana. No hay que hacer tanto ruido.
-¿Cuáles son sus roles?
(C)-A mí me tocan las noticias "duras": política y economía.
(L)-Yo soy el que pone la parte alegre. Me encargo del espectáculo, las noticias curiosas, información general y las notas de color. Por suerte nos complementamos muy bien.
(C)-Somos algo así como Jack Lemmon y Walther Matteau en "Extraña Pareja" y funcionamos bien de ese modo. Juntarnos fue una decisión acertada de Porta (gerente de la radio). Aunque tengo que confesar que al principio no me lo bancaba.
(L)-Yo tampoco a él.
-¿Por qué?
(L)-La exigencia que me puso Horacio un domingo a la mañana no la había sufrido nunca. Pero con el tiempo me di cuenta de que aprendí mucho a su lado.
(C)-Fabricio surgió como reemplazante y quedó. Al principio me enojaba con él porque cuando me tomaba muy en serio los análisis políticos, él salía con un chiste y yo pensaba que se iba de mambo. Después me dejé llevar por la cotidianeidad del domingo. Me saqué el corset y la química se dio naturalmente.
-El horario tiene sus particularidades.
(L)-Y las sabemos aprovechar. Por ejemplo, somos de los pocos que le damos bolilla al interior (soy de Goya, Corrientes) y tratamos de leer los diarios de todo el país .
(C)-Así como también pensamos en el exiliado económico que nos escucha por Internet en el exterior y se le pianta un lagrimón. El tono es más relajado.
-¿Qué los diferencia del resto?
(L)-No todos vienen una hora antes del programa para estar bien despiertos a las siete de la mañana. Eso se nota al aire, sobre todo un domingo.
(C)-Tampoco tenemos material propio. Competimos contra programas que hacen reportajes y eso es más fácil. Nosotros tenemos que buscarle la vuelta y el contexto a todo lo que leemos. La atención del público se logra reinventando todo. Por suerte tenemos visitas como las de Nik o José Narosky y otros amigos, que vienen seguido.
(L)-Es muy celebrada la competencia entre los aforismos en serio de Narosky con los míos, que son bizarros.

Además de su programa están con Any Ventura. López tiene siete años en Mitre y acompaña a Bocacci ("...me lleva a bailar tango", reconoce). Caride (catorce años en la AM 790) también tiene a su cargo el muy buen resumen de noticias "Lo que queda del día" de las 21.
-Ustedes son como un "volante polifuncional" de fútbol. En todos lados rinden.
(C)-Porta nos dijo: "Son como un número cinco. Los ponemos al lado de una figura y lo hacen brillar".
-¿Con quién disfrutaron más?
(L)-Laburé con Nancy Pazos, Adolfo Castelo, Fantino y en Radio Nacional con Landricina y muchos más. No podría elegir uno.
(C)-Fui movilero y estuve con Pazos, Castelo y varios más. Trabajar un año con Andy (Kusnetzoff, en "Tarde de perros") me sirvió mucho. Porque, si bien no voy a hacer lo mismo que él, tener una mirada descontracturada me sirvió para correrme del periodiste rígido.
-¿Y a quién escuchan fuera de Mitre?
(C)-Después de horas buscando información, trato de distraerme. Pongo a Matías Martin y Varsky, y a Andy. Me gusta la Rock & Pop y me saco el sombrero ante Chiche Gelblung.
(L)-También me gusta Andy y cuando no era un divo disfrutaba a Fernando Peña. En la Rock & Pop la Negra Vernaci, Tortonese y Barragán. A veces Dolina y adoro las radios truchas. Se descubren cosas raras en esas FM que que no escucha nadie porque hay programas copados y con mucha gracia. Y me gustaría que Roberto Pettinatto hiciera un programa radial. Eso sí: tendría que haber más modelos frente al micrófono así las invitamos a nuestro estudio.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Junio de 2003

jueves, 5 de junio de 2003

Santiago Pont Lezica: "Me sentía como un exiliado"

El edificio todavía está en construcción, por lo tanto, la charla se produce en uno de los estudios de la radio. Como decíamos entonces, FM Millenium volvió a salir al aire después de nueve meses de silencio, ahora en el 107.3 del dial. Como es lógico, su mentor, Santiago Pont Lezica, está exultante."Esto es un triunfo que consiguió a gente -considera-. El cierre de Milenium fue un hito la historia de las telecomunicaciones por cómo se movilizó la gente. Siete meses después seguían mandando e-mails, impresionante. Me paraban por la calle y mepedían la vuelta. Así, después de mucho buscar, conseguimos una frecuencia limpia, algo que no es fácil en Buenos Aires".
-¿Cómo es la vuelta?
-Tratamos de seguir con el mismo espíritu porque la radio no salió del aire por fracasar sino por un conflicto con los dueños de la 106.3. El plantel es el de antes, con lo que conservamos la fuente de laburo. Ahora volvemos para retomar una senda que nadie ocupó, aún cuando trataron de imitarnos.
-¿Cuál es esa "senda"?
-La suavidad de la música, el mensaje y los contenidos. Esa es la línea. Y vamos a incorporar algo de lo que duele del mundo para crear consciencia. El noticiero tendrá un estilo similar.
-¿Al oscurecer el mensaje no se pierde la imagen de "oasis" que identificaba a Milenium?
-No. Te contaremos algunas cosas en el recreo. Esa es una de las nuevas apuestas. Me parece que tenemos que hablar de estos temas amargos, como la guerra. Así como también escucharás sobre nuestros aborígenes, por ejemplo. Son cuestiones que nos faltaron en la primera etapa y que en esta oportunidad no van a faltar.
-¿Qué respuesta tenés del público?
-La radio empezó oficialmente el 1 de abril y ya tenemos "rebote". Ahora lanzaremos una campaña por Internet (mandaremos 80.000 e-mails a los que nos pidieron que les avisáramos cuando volviésemos) y otra que estará en la calle el mes que viene. Los antiguos oyentes ya están respondiendo. Hubo quienes llamaron al Comfer para conseguir nuetros teléfonos (todavía no los anunciamos). Están contentos y nos transmiten la sensación de que vamos bien. Después nos iremos ajustando semana a semana. Y me parece que ya arrancó el "boca en boca", al igual que en nuestra primera etapa.
-¿El target será el mismo?
-Vamos a bajarlo unos cinco años, sin perder la identidad de la emisora. Ya lo estamos haciendo con la música: hay un poco más de música latina y nacional.
-¿Habrá contenidos, programas con conductores?
-Sólo un noticiero a la mañana con egresados de universidades de comunicación. Buscamos gente y opiniones nuevas y que la estrella sea la radio. Quiero frescura y una visión diferente del mundo. Es una apuesta fuerte, veremos cómo sale.
-¿En qué condiciones quedó tu relación con los dueños de la 106.3? ¿Te quedaron deudas?
-Arreglé todos los problemas pendientes con la Iglesia Universal. Hoy hablamos con el dueño como dos radiodifusores.
-¿Ellos son los que te imitaron? La música era parecida...
-No opino de su estilo. Pero fijate que nosotros íbamos sextos en la general y primeros en nuestro segmento (clase media y media alta) y ellos están en el puesto dieciséis. Trataron de hacer algo parecido, pero no es lo mismo.
-¿Cómo tomás la radio?
-Con un PPP, totalmente legal. Es la FM de Radio Avellaneda.
-¿En qué quedó la pelea por la frecuencia 106.9?
-El concurso está suspendido por la justicia, a partir de las denuncias que hubo. Esa etapa está terminada y debería salir a concurso nuevamente. Eso sería lo correcto porque, de otro modo, el que lo ganara estaría sospechado. Desde luego, el objetivo es tener nuestra propia licencia en algún momento. Es increíble que con nuestro prestigio y audiencia no tengamos un lugar en el dial cuando tantas empresas lo tengan adjudicado y no lo usan. Confío en que este gobierno pondrá un poco de orden en el aire. Ya hay demasiadas radios de predicadores y barriales sin función social, que lo ensucian. Ojalá Argentina le dé posibilidades a los independientes y no sólo a los poderosos.
-¿Cómo viviste los meses fuera del aire?
-Me sentía un poco como un exiliado. Noté que no salió ninguna radio parecida y que Milenium se extrañaba mucho. Tenía bronca de no tener frecuencia cuando otros tienen dos o cinco y monopolios que controlan el aire. Pero no me resigné.
-¿Escuchaste radio?
-Como siempre: La Rock & Pop, Del Plata, Lalo Mir y algunas FM. Noté cómo las radios quisieron rotar para captar nuestro público hasta que desistieron. Las imitaciones tienen que ser mejores que el original.
-¿La de tu ex socio, Bernardo Neustadt?
-La escuché los dos días que estuvo al aire.
-¿Qué le pasó?
(Hace un gesto que puede interpretarse como "no sé" o "paso").
-¿En qué cambió la economía de las radios?
-A partir de la reducción de los abonados al cable, se sumaron un millón de nuevos oyentes. La radio es gratis. Esto se marca en los anunciantes, ya estamos en los niveles del 2001 en pesos. Es un buen momento porque para los publicistas es una buena opción para hacer campañas, porque es más económica que la televisión.
-¿A qué se debe que sea barato pautar en radio?
-La culpa es de los dueños. Los multimedios bonificaban con la radio las inversiones publicitarias en la TV. En España la radio va segunda como medio para pautar por su credibilidad y llegada. Aquí va quinta. Veremos que pasa a partir de campañas exitosas, como la de cerveza Schneider, que se basó en la radio y aumentó sus ventas.



Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Junio de 2003