miércoles, 5 de junio de 2002

Jorge Dorio: "Es mentira que existan tantas noticias".


De pibe, Jorge Dorio fue espadachín y, gracias a ganar torneos internacionales conoció a Perón. Con el tiempo, se haría conocido por otro tipo de esgrima: la verbal. Debutó en el recordado "Sueños de una noche de Belgrano" (Premio Mundial de Radio) y pasó por "La venganza será terrible". Luego vino un periplo americano como Coordinador de Proyectos Especiales de la Oficina de Información Pública de la OEA, hasta que volvió "...para pelear por un proyecto de vida y de país". Hoy lleva más de 350 emisiones de "Febo asoma", en la OnceDiez (AM 1110, lunes a viernes , de 6,30 a 9). "El programa -asegura- nace de la esquina de las ideas y la sangre y tiene cierta audacia. Creo que hay un agotamiento de los programas periodísticos políticos, acorde al que sufre la política. Con el agregado del consejo que me dieron Badía y en su momento Jacobo Timmermann: 'Tu abuela ya sabe que sos culto, ahora hacete entender por miles de personas'. Tratamos de no perder el rigor pero buscamos encontrar eco. Por ejemplo con una amplia labor solidaria, una vez que termina la salida al aire".
-¿Por qué hablan de historia a la hora en que todos informan?
-Por la convicción de que los acontecimientos no surgen de los titulares de los diarios. Es mentira que existan tantas noticias.
-¿La idea fue tuya o de Badía?
-El me convocó, llevé un proyecto, lo discutimos y salió.
-Las críticas no te acompañaron.
-Si lo decís por la del compañero Frontera, de Noticias, parece que tiene algún entripado personal que no entiendo. Además, nunca se publicó ahí una crítica positiva a la radio. Hay una manera muy "perdonavidas" de iunterpretar al periodismo. La única verdad es la diversidad. Me han acusado (incluso dentro de la radio) poco menos que de colaboracionista con el fascismo por entrevistar a Seineldín.
-¿Por qué le diste prensa?
-Porque era uno de los pocos que podía hablar sin tapujos sobre el desmantelamiento del plan Cóndor. La idea es no quedarnos sólo con los que piensan como nosotros. También se enojaron cuando hablé con Gorriarán Merlo. No estuve a favor de la lucha armada pero mucho menos del terrorismo de estado. Y reivindico a chicos que vi morir a los 17 años sin ideales de transa. Hoy es muy difícil darse cuenta si un tipo es de la UCR o el PJ si no tiene la camiseta puesta.
-¿Te deja "pegado" trabajar para la radio administrada por el gobierno de Ibarra?
-No. Porque tenemos un staff de columnistas que incluye a Patricia Olivera, Defensora del Pueblo, que le pega como pocos a los funcionarios y armamos algún quilombo con la secretaría de cultura de la ciudad, por ejemplo. Sé que si los temas no los hago estallar yo, lo hacen los oyentes. No me asusta defender la independencia de criterio del programa. Badía se maneja con un grado de libertad que no tuve ni en radio Belgrano, donde tuve un "ejercicio ilegal de la libertad". La verdad es que me entusiasmaba la idea de volver a una radio pública.
-¿Podrías hacer un programa tan poco comercial como el tuyo en una radio que no sea pública?
-Sí, en una radio privada estadounidense. Cuando Aliverti estaba primero, Coca Cola lo auspiciaba. Con reglas de juego claras, las empresas sólo buscarían promocionar sus productos y no habría problemas. Además, es poco fiable la medición de audiencia. Tuve amoríos con alguna encuestadora, por lo tanto sé cuál es el rigor de esas planillas.
-¿Por qué participaste del debate de "Gran Hermano"?
-No fue por plata, me pagaban poco. Me interesó porque era un formato no adaptado de la gráfica o la radio: El reality show nació para la TV. Sufrí cierta "tilinguería", la gente me cruzaba y me decía: "...cómo caíste en eso". Ni habían visto el programa. Además, el debate me sirvió para tomar un tema y poner en perspectiva otros. Podía ser el aborto, los piqueteros o la discriminación. No me condicionaba para hablar y, después de todo, tampoco me puse a bailar en bolas arriba de una mesa.
-¿La calidad del show?
-Esos chicos no debían ser un ejemplo para la juventud, nunca se planteó así. Seguro que si ponés a Baudrillard y a Foucault en una habitación y los filmás todo el tiempo, la conclusión será: "hay dos pelados putos hablando en francés". Ese nivel de exigencia no se le reclama al programa de Mariano Grondona. Cuando la gente preguntaba si estaba guionado o no caía en un grado de ingenuidad similar al de pensar que los noticieros reflejan la realidad con pureza.
-¿Cómo "llevás" el Mundial?
-El fútbol me gusta sinceramente. Nadie puede pensar que el Mundial ´86 lo ganó Alfonsín y no Maradona. Me molesta la mirada elitista de derecha y psicobolche culposa, que hablan de "pan y circo". Es una tontería creer que en el ´78 fue la Copa del Mundo lo que impidió que nos enterásemos de que había tortura y desapariciones. Hay que ser muy canalla para pensar que si por festejar las legítimas alegrías populares del deporte uno se olvida de que los pibes comen gatos en Quilmes.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Junio de 2002

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