viernes, 20 de julio de 2001

Juan Carlos Mesa: "Estoy más cerca de Cervantes que de Quevedo"




"Es un collage en el que tiene cabida la actualidad porque no somos miopes. Pero pretendemos hacer más que un periodístico con la aleatoria del humor, un humorístico con el apéndice de la información. Aunque a veces los hechos te desbordan". Así define su creador, Juan Carlos Mesa, a "El Surtidor" (lunes a viernes de 9,00 a 12,00 por Radio El Mundo, AM 1070), el programa que comparte con su hermano Edgardo, Miguel Angel Rodríguez y "un grupo muy lindo -enuncia-conformado por Leonor Ferrara, Rina Morán (con quien trabajo desde hace más de treinta años), mi hijo Juan Martín, Ernesto Catalán, Aschira en las predicciones astrológicas, Ricardo Cutufo en la operación, Marita Monteleone en locución, Florencia Fernandez Blanco en producción, Silvina Walger, el doctor Raúl Pastor, el profesor Esteban Giménez, Enrique Cano en deportes y Claudio Fantini en internacionales. Además, estoy agradecido porque las autoridades de la radio no me ponen restricciones para hablar". Están de festejo, "...el viernes pasado cumplimos 100 programas", revela. Y agrega: "Parece mentira, ahora celebramos pronto por las exigencias. Antes uno se acordaba del número de programa recién a los 500. Es un momento duro y difícil. Pero cuando el cuerpo social del país está enfermo, necesita de los fármacos del humor".
-Encontró un buen ladero en Miguel Rodríguez.
-En mi el humor es un tema excluyente. En este caso mi socio es Miguel Angel Rodríguez, que ya es un consagrado en la televisión. Ya nos conocíamos desde que yo hacía "La máquina de contar" por radio Belgrano y él estaba con Minguito Altavista. Me di cuenta que él era concecuente con mi tipo de humor y vibraba en la misma frecuencia que yo. Por eso decidimos hacer juntos esto.
-Y volvió a trabajar con Edgardo.
-El trabajó mucho conmigo porque trato siempre de trabajar con gente de confianza, más allá de que él sea de la familia. Nosotros empezamos en Radio Splendid, él como periodista con Sergio Villarruel, y yo en la dirección artística, en tiempos en que la televisión no existía. Nos separamos y volvimos a juntar para "Mesa de Noticias". Después de un ciclo largo suyo en radio, en Concordia, lo invité a sumarse a este proyecto.
-¿Cuál sería su público?
-Es heterogéneo. A veces uno propone algo y Dios dispone otra cosa. "Mesa de Noticias" tenía un target estudiado para grandes y lo compraron los chicos. Quisimos hacer un vino y nos salió una gaseosa. Presumimos que llegamos a todas las edades. Me imagino a la mujer que nos pone para hacer sus quehaceres domésticos y al hombre que va en el auto y a veces da una vuelta más a la manzana para terminar de escuchar un sketch. Apuntamos a toda la familia, tal vez nos escuchen los de más de cuarenta. Porque soy grande y me conocen desde hace mucho. De hecho estoy aggiornando algunos personajes que estuvieron probados en otros ciclos.
-¿Tratan de hacer un programa de humor pero la realidad se les instala como un "Okupa"?
-Es el país en el que vivimos. A veces la realidad invade nuestro territorio. Y se deben morigerar los chistes. No podría hacer bromas sobre Aerolíneas, por ejemplo. Hay quienes pueden y les va bien. Yo no lo sé hacer. No podría agraviar ni agredir con el humor. Para decirlo intelectual, estoy más cerca de Cervantes que de Quevedo.
-Encima hay que estar siempre "arriba".
-Lo que nos pasa a argentinos en lo económico nos afecta a todos por igual. Y, a veces, el hombre que hace humor tiene sus problemas personales. Además de los quebrantos propios están tus seres queridos, que se enferman o se mueren. En los cincuenta años que hace que estoy en esto conseguí hacerme un callo. No quiere decir que no me duela pero me puedo sobreponer más fácil. Por lo general escribo a la mañana (me levanto a las cinco) y sé que a las ocho hay que tener listo el material. Y debo estar afeitado, bañado y contento a las nueve en la radio. No es fácil. Como tampoco lo es para el que toca el violín o el bandoneón en una orquesta.
-¿Cómo les va con la publicidad en el programa?
-Está bien vendido el espacio, por suerte. La vamos peleando.
-¿A quiénes escucha por la radio?
-Cuando el tiempo me lo permite disfruto mucho de Alejandro Dolina. Es un filósofo que camina el éter con una calidad, una solvencia y una erudición atípicas en el medio. Es muy docente y parece que no se propone que el otro se ría. Hay que diferenciar al cómico del humorista, como Alejandro, que saca sonrisas y caracajadas de observaciones cotidianas.
-¿Y a la mañana?
-Héctor Larrea es un clásico. Está en la historia del medio pese a ser joven. Lo escuchaba tanto a él como a Julio Lagos, Fernando Bravo o a los nuevos como Lalo Mir o Bobby Flores. Escucho mucha radio y sobre todo a los referentes como los que te nombré.
-En su horario los más fuertes en audiencia son Pergolini en FM y González Oro en AM.
-Exacto. A pesar de que están en polos opuestos. A mí me gusta mucho el humor y el desenfado de Mario Pergolini. Su forma de pergeñar cosas. Tengo hijos jóvenes que lo siguen pero lo escucho por las mías, no por obligación. Oro tiene una gran experiencia y lo veo con mucho aplomo.
-¿Y en televisión quién lo hace reir?
-Raúl Portal es cómico. También el humor surrealista de "Todo por Dos Pesos" o los "Raporteros" de Tinelli y disfruto de "Polémica en el Bar". Me gusta Pinti, que arranca con el "Club de la comedia" y para quien grabé un monólogo. Y todavía estoy llorando la muerte de Gila. No me gusta que el humor desafine. Porque debe tener una música y una cadencia.
-¿Cuándo pasa esto?
-Cuando el humor se va a la banquina, al barro o se salpica a la gente con el mal gusto. Siempre pongo de ejemplo a los humoristas gráficos argentinos. Ni Mafalda ni Clemente dijeron nunca más allá de "mecachendiez" y ocupan las portadas de las revistas en el mundo. Se puede tener picardía pero no suciedad, porque eso es para las puertas de los baños públicos. Y no soy pacato. Colegas como Les Luthiers llegaron al cenit de su carrera sin una grosería.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Julio de 2001

miércoles, 11 de julio de 2001

Andy Kusnetzoff: "Trato de hacer '¿Cuál es?' con notas periodísticas".


El conductor de "Tarde de perros" (Mitre, AM 790, lunes a viernes a partir de las 13,00) saltó a la fama como un notero sagaz que incomodaba a sus entrevistados con filosas preguntas. Entonces Andy Kusnetzoff era una suerte de "francotirador" del recordado "Caiga Quien Caiga" y su talento pasaba por conseguir brillar en apenas unos segundos. La repentización y la desfachatez eran sus armas. La conducción es otro tema. Y Andy asegura que la radio lo está ayudando a hacer ese aprendizaje. Apenas dos pedidos para la charla: "Por favor, no me preguntes sobre mi vida privada" y "Ojalá que no me hayas mentido y hablemos de radio porque tengo todas las pilas puestas en esto". Entonces sí, sonríe y despliega su cordialidad y verborrágia.
-¿Cómo te llevás con la radio?
-Estoy disfrutando mucho la experiencia. La paso realmente bien. En televisión no siempre tenés ganas de ir a laburar todos los días. Acá sí.
-El programa tiene una estética de FM.
-Es cierto. De hecho laburé toda la vida en FM. Produje varios programas en la Rock & Pop, como el de Pergolini o el de Juan Di Natale. Escucho AM desde chico pero mamé de la FM. Por eso creo que trato de hacer "¿Cuál es?" (El programa de Pergolini por la Rock & Pop) con notas periodísticas. Una mezcla de AM y FM.
-La tarde de Mitre se caracterizaba por un target más adulto.
-Es verdad. Desde que empezamos, cada vez recibimos más público joven. Lo podemos notar en la cantidad de e-mails y de llamados.
-¿Y en las planillas de audiencia?
-Bien, vamos achicando el margen. Hay un tema de que la Diez (que lidera cómoda el segmento) tiene otra audiencia. Nosotros apuntamos a un público joven que no es fácil de captar en tres meses y lo estamos logrando. No es como en la tele que tenés un boom, se ve o no. Acá es más lento. De todas formas, tratamos de cuidar al público que encontramos cuando llegamos. Cada tanto pongo un tema de La Renga o Los Piojos y le explico a la señora de qué se trata. Es una linda responsabilidad combinar todo eso.
-¿Escuchás radio?
-Sí. Por ejemplo, hoy a la mañana puse a Ibarra, Fernando Bravo, Santo Biasatti, González Oro, Mario y Tinelli. Trato de escucharlos a todos.
-¿Escuchás a Dolina?
-Ya no. No sé en qué anda. Pero es un talentoso como Héctor Larrea, Lalo o Pergolini. Distintas escuelas.
-Todos con un estilo de conducción "arriba". No me nombraste a Badía, por ejemplo.
-Mencioné a los que me gustan.
-¿Y a Lalo Mir, Gonzalo Bonadeo y Jorge Jacobson, que son tus rivales directos?
-A ellos no. Nunca los grabé porque no compito. No estoy pensando en eso. Cuando surgió la posibilidad de conseguir un horario, pedí este porque era el menos competitivo. Se sabe que es un horario difícil y a mí me viene bárbaro porque quiero ver si soy bueno, si me siento cómodo y si a la gente le gusta lo que hago.
-¿Y...?
-Por ahora estoy nuy contento y me voy afianzando. No podés estar mirando que hace el otro para contestar. Porque ya lo hice en televisión y no da. Nosotros nos preocupamos por plantear nuestro juego y después veremos cómo competimos.
-Telefé era bravo con el tema del rating ¿no?
-Por eso te lo digo. Hay momento en que si estás más pendiente del rating que del producto se te va de las manos. Es muy difícil. No me gusta hacer un programa que vaya mutando todo el tiempo. Prefiero morir en la mía.
-Es muy graciosa la relación que tenés con tu papá (Juan Kusnetzoff, un reconocido sexólogo, que tiene una columna).
-Ah, sí, los miércoles. El chiste pasa por jugar con los roles. A veces le digo: "Doctor K., como columnista, lo suyo es bárbaro. Como hijo te digo que te dejes de hinchar y decime cómo es". Me parece divertido. Es la primera vez que trabajo con él. Nunca le había hecho ni un reportaje. Aunque la primera vez que pisé un estudio de radio fue en Rivadavia, donde él tenía una columna. A los quince.
-Solés ufanarte de los reportajes que tienen repercusión. ¿No te convencen los programas sin escándalo ni perfil alto?
-No es lo mismo disfrutar del quilombo que del hecho de que ciertas notas tengan repercusión. Le hice un reportaje íntimo a Charly, porque tiene buena onda conmigo. No buscaba el petardo. En la charla surgió el tema del presidente Menem y las agencias lo levantaron. En esta etapa no busco kilombo. Prefiero los buenos climas y reportajes. Como el de Maradona, que salió varias veces.
-¿Dejaste atrás la adrenalina de meterle un micrófono a Clinton o a Fidel Castro, entonces?
-En televisión es distinto. Me imagino a la tarde escuchando el programa y trato de sacarle algo a los entrevistados. Es más "cool" (relajado).
-¿A la mañana harías otro programa?
-A la una de la tarde ya se tocaron todos los temas. Por eso trato de darle otra mirada a la realidad. Somos un grupo de amigos en el que uno es columnista, otro periodista y todos podemos hablar. Buscamos que el oyente primero se enganche con nosotros para después hacerlo pensar. No es lo mismo que impactar con una primicia.
-Comentaste que esta entrega de los Oscar es la primera en mucho tiempo que ves por televisión.
-Sí, fue un alivio. Porque la gente ve que te divertiste y besaste a Angelina Jolie. Eso es cierto. Pero el sufrimiento para colarse... Todos los años trabajé para América o Telefé sin una credencial porque los derechos los tenía otro. Allá no existe nadie. Es una gran presión porque te vas hasta Los Angeles y si no te colás no conseguís nada. No sólo tenés que ir temprano sino que los lugares están asignados para CNN, ABC o E! y pasan los de seguridad chequeando. Incluso a los de Sudamérica que tienen credencial los mandan a un tercer escalón. Es muy feo pero cuando termina está bueno.
-Y tenés que tener la presencia de ánimo para gritar como un marrano cuando aparece un famoso.
-Claro, después tenés que tener un poco de talento para sacarle algo gracioso a un yanqui que no te conoce. Algo más que quién va a ganar.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Julio de 2001

Foto: Canal 13 2006

sábado, 7 de julio de 2001

Humberto Tortonese: "Suar es tan burdo que cansa"


Fiesta. La "Negra" Elizabeth Vernaci maneja la batuta y marca el ritmo con su estilo particular. Y cuando le toca el turno, Humberto Tortonese brilla. La estética del programa es como la de un grupo de amigos que se reúnen a jugar o el de un conjunto de vecinas malas que "no dejan títere con cabeza". Si hubiera que resumir, esa es la fórmula de "Tarde Negra" (Rock & Pop, FM 95.9, lunes a viernes de 17,00 a 19,00). A pesar de que Humberto Tortonese se destaca por sus presentaciones en teatro, el gran público lo conoció por sus presentaciones con Alejandro Urdapilleta en televisión. Se lo ve cómodo y entusiasmado en su nuevo rol: "Nunca había hecho radio y realmente es muy divertido -asegura-. Decidí venir a la radio en parte porque la que me invitó fue la Negra. Ella tiene un timing bárbaro y uno puede acomodarse a hacer lo suyo sin problemas. La pasamos bien porque se crean muy buenos climas. Acá podés decir lo que quieras".
-¿Siempre preparás el material o improvisás?
-Un poco y un poco. Siempre traigo algo pero a veces lo que sale mejor es lo que pinta en el estudio. Si tenés buena conexión con tus compañeros es fantástico.
-¿Disfrutás más improvisando?
-Lo que me gusta es que salga ahí. No premedito venir al estudio a improvisar. A veces te salen cosas maravillosas. La radio da tanto para eso como para traer cosas escritas. Por ejemplo, hicimos nuestras versiones desopilantes de películas como "La Mary" o "Papá Corazón". También hago un curso para transformarme en heterosexual y siempre me dan una mujer histérica o me toca ir al hipódromo o al fútbol. También es gracioso el "Tortotour" donde me voy de viaje y siempre termina en algo erótico.
-Lo que hizo Fernando Peña antes que vos en ese programa, pegó mucho. ¿Es por eso que decidiste no hacer personajes y diferenciarte?
-No lo escuchaba a él aunque sabía de qué se trataba. Pero cuando me llamó la negra yo planteé hacer otra cosa. Sólo puedo venir al programa a ser yo mismo. Le avisé a la Negra que no esperara que fuera a hacer personajes. Menos en radio. Y no es por diferenciarme de Fernando sino porque estaba planteado así desde el principio. Si sale algún personaje es desde mí. Eso es lo que me sirve.
-"Tarde Negra" está abonado a las sanciones del CONFER. ¿Ya te llegó alguna multa?
-No. Si me tocó no me enteré. Es que al que escucha este programa es el lenguaje que le gusta. Y tienen la libertad de girar el dial. ¡Si dicen cualquier cosa a cualquier hora en televisión y radio!. Es una estupidez. Si quieren seguir jodiendo... En vez de fijarse si uno dice caca, teta o culo deberían prestarle atención a un país en el que la gente se muere de hambre. O que miren cuánto ganan los maestros y cómo se educan los chicos.
-¿Escuchás radio?
-No. En casa papá escuchaba radio Colonia que era muy graciosa. Salían al aire noticias rarísimas. De pronto venían con la historia de uno que tiró el cigarrillo al inodoro y como no tenía agua explotó y se quemó el culo. Y los enfermeros se reían y lo hacían caer al piso. Cosas como esa. Además como lo contaban ellos resultaba más chistoso. Pero no volví a escuchar.
-¿Y ahora?
-Desde que estoy en la radio me da un poco de curiosidad. Quiero saber qué hay. Revuelvo por el dial y encuentro cada cosa... El otro día me colgué con una mina que hacía predicciones. Y le tiraba mala onda a todo el mundo. "En el amor va a ir todo mal", le decía a una. "No esperes por este año trabajo", a otra. "Esa enfermedad no veo que se cure", a un tipo. Lo escuchaba pegado a una radio chiquita que tengo y no lo podía creer. Me río porque tengo una gran capacidad para encontrarle la gracia a todo.
-¿Qué te deja como actor la experiencia en radio?
-El público. Siempre es un estímulo. Acá están del otro lado, escuchando y no los ves. Soy muy verborrágico y nunca sabés del todo hasta dónde llegás con la palabra. Y la repercusión que tiene este medio no lo conocía. Es distinta a la televisión o al teatro. Está bien que algunos ya me conocen. Pero ahora me escuchan los taxistas y por medio de ellos te enterás de todo. Después tengo que tratar de transformar toda esa realidad en locura.
-¿Te gustaría tener un programa propio?
-Esas cosas son cuando estás cómodo y tenés ganas. Por ahora ni se me pasa por la cabeza. Quiero estar enfocado para seguir acá. Elizabeth tiene mucha experiencia y yo recién estoy aprendiendo. Después veré. Pero hoy tengo que reconocer que mi intención es seguir haciendo teatro y, si sale, algo de televisión y de cine. Esas son mis prioridades de siempre. Y todavía no pienso cambiarlas.
-¿Empezás a filmar?
-Sí, pero no puedo decir nada porque me mata el director.
-Hiciste aquello con Alejandro Urdapilleta y Antonio Gasalla y algo con Juan Castro y nada más. ¿No hay lugar para vos en la televisión?
-La TV está muy manejada. Nunca te será fácil entrar. En algún momento quisimos hacer algo con Alejandro y no se dió. Ya no me interesa. Canal A me ofreció hacer micros leyendo poesías y ese tipo de cosas. Tal vez haya lugar si uno lo busca y lo inventa. Pero ahora los programas tienen que vender sí o sí. Parece que todo el tiempo tenés que estar nombrando un jarabe o buscando el negocio.
-¿Importa más la publicidad que el rating, incluso?
-Claro. Todo el mundo habla de (Adrián) Suar porque hace ficción. Pero cada diez segundos te mete a Coto u otra publicidad. Eso es una vergüenza. Es tan burdo que cansa. Antes se hacía el negocio sin interrumpir tanto. Ahora nos invaden con propagandas por todos lados y no descansás ni cuando ves ficción. Ese es el negocio. Si yo tuviera que volver a la televisión sería con otra cosa. Y te contesto recién ahora: no sé si hay lugar para mí. Pero tampoco me saca el sueño. Igual mientras haga teatro, radio y cine, ¿para qué?

Gustavo Masutti Lach
Revista Ahora- Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Julio de 2001