domingo, 16 de enero de 2000

Román Lejtman: "El periodista es un empleado".


Hace cinco años, a Román Lejtman le tocó jugar una "carta brava". Era el elegido por la Rock & Pop para volver a la emisora (ya había conducido "Reporter" a principios de la década) y reemplazar a Jorge Lanata, que tenía una audiencia consolidada en su horario. Aceptó el desafío y le fue muy bien: hoy "Jaque Mate" (Rock & Pop, FM 95.9, lunes a viernes de 6,00 a 9,00) está consolidado como uno de los programas más escuchados de la mañana y logró que la jóven audiencia de la radio lo respete."'Jaque Mate' es un programa netamente periodístico -explica-. Tiene informes de investigación, no desatiende la realidad cotidiana y básicamente se apoya en su propia información. Los diarios pueden ser una base para saber si no te estás perdiendo nada, pero no pueden ser el eje del programa. De hecho, de 'Jaque Mate' han salido muchas denuncias que comentó toda la opinión pública. Eso es lo que privilegiamos".
-¿Cómo te llevás con la Rock & Pop?
-Muy bien. Tengo que ser sincero y decir que estoy muy cómodo. Nadie me puso nunca límites ni me dicen nada. Además no hay conflictos porque también estamos primeros en audiencia en nuestro segmento.
-¿Con la música tampoco? El año pasado, cuando la selección argentina eliminó a la de Inglaterra del Mundial de Francia, para festejar cerraste el programa con "Fiesta". Te convertiste en el primer conductor que ponía a Joan Manuel Serrat en esa radio. Pergolini, que viene en el horario siguiente se quería morir.
-Es cierto. Pero nunca me hicieron ninguna referencia las autoridades. Te digo más: Daniel Grinbank (dueño de la radio) había traido por esa época a los Rolling Stones. Aquella vez coincidió con la vuelta de Serú Girán. Y yo le daba "manija" a Seru diciendo al aire que "los Stones están hechos unos viejos chotos que vienen a robar la plata". Nadie me llamó la atención.
-Si mal no recuerdo, Grinbank estaba en conflicto con Seru Girán.
-Sí. Pero no hay ningún drama. Mucha gente me vio en la cola para ir a ver a Seru Girán. Obviamente después fui a ver a los Stones porque se quedaron un par de días.
-¿Cambiando de tema, cuál creés que debería ser el rol del periodismo ante el cambio de gobierno?
-Pienso que el rol del periodismo no tiene por qué cambiar. No tiene nada que ver que haya cambiado el gobierno. La prensa tiene el deber de informar de la manera más ajustada posible. No importa quién sea el que esté detentando el poder. Los periodistas no deben tener ningún tipo de "Luna de Miel" ni con los gobiernos que vienen ni con los que se van. Debe informar siempre. No me parece que sea un buen criterio esto de decir "Ay, como este gobierno es menos corrupto que el anterior hay que dejarle pasar algunas cosas". Así no funciona.
-¿Si te parece que el rol de la prensa no debería cambiar es porque estás convencido de que durante los años del menemismo cumplió bien con su función?
-Me parece que la gente está advertida de que ciertos periodistas hicieron muy bien su trabajo y hubo otros, como siempre ocurre, que simplemente se dedicaron a acompañar al poder de turno (no importan los nombres).
-¿Qué va a pasar con ellos? ¿Volverán a acompañar al poder o quedarán descolocados?
-Siempre van a encontrar la vuelta porque son "funcionales". El poder, en ese sentido tiene una característica: siempre prefiere que lo apoyen y no que lo critiquen. Mucho menos que se revelen casos que hasta generan escándalos. Por eso, esa especie de personal estable de los medios siempre va a estar dando vueltas. Porque juegan para el poder.
-Aliverti me dijo que el periodismo aceptó el modelo y se dedicó a "apalear" a los "casos emblemáticos" de corrupción como María Julia Alsogaray o Alderete. ¿Estás de acuerdo?
-No lo creo. Al menos desde mi perspectiva. Yo hago un programa de radio desde el cual se criticaron las privatizaciones de los servicios públicos y el envío de tropas y de naves de guerra al Golfo para apoyar el bloqueo contra Irak, por ejemplo. Quizá hizo referencia a los grandes medios o a las corporaciones. Pero generalizar es muy peligroso.
-El hablaba del llamado "stablishment periodístico".
-¿Y quién forma parte de ese "stablishment periodístico"? Mariano Grondona, por ejemplo, siempre estuvo a favor de las privatizaciones. Clarín también porque se benefició con esas mismas privatizaciones. Por eso digo que se debe puntualizar bien cada caso.
-¿Qué creés que va a hacer esta gente que nombraste durante la próxima década?
-Sin ninguna duda se van a alinear. Porque a ellos lo único que les interesa es reflejar lo que hace el poder. Nada más.
-¿La prensa acompaña, guía o sigue al humor de la gente?
-No debería hacer ninguna de esas cosas porque, repito, su deber es el de informar. Después, la gente debe decidir a partir de la información que recibe. No van ni atrás ni adelante. Los que deben guiar son los dirigentes o los que no representan. Los periodistas deben limitarse a decir la verdad más allá de que la gente te putee o no.
-Pero ¿me vas a negar que la política de medios existe?
-Por supuesto que existe. Pero eso lo manejan las empresas y no los periodistas. Es distinto. El periodista es un empleado. Si tiene la suerte de manejarse independientemente, bienvenido. Si no, tendrás que adecuarte. Por más que tengas tu pensamiento propio, si el jefe dice: "vamos por este lado" hay dos caminos. O seguís laburando o renunciás.
-¿Tirarse contra el modelo te puede costar perder anunciantes?
-No es cierto. Si sos un periodista serio y creíble, en este mundo en el que todo es competencia, los empresarios te ponen la publicidad sin preguntarte nada ni pedirte nada a cambio. Porque te respetan. No es como antes.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Enero de 2000

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