domingo, 16 de enero de 2000

Nelson Castro:"La gran fuerza del periodismo vino de la gente"


El pase de Nelson Castro de Radio Del Plata a La Red generó conmoción. Es que en los últimos quince años este neurólogo de 44 se ha convertido en uno de los referentes más fuertes del periodismo radial independiente en la Argentina. A partir del 3 de enero, el multipremiado "Puntos de vista" mantendrá su horario (lunes a viernes de 6,00 a 9,00) pero saldrá al aire en la frecuencia AM 910. El cambio de aire lo tiene entusiasmado. Al punto que cuando se mete en tema, habla rápido y cuesta seguirlo: "Le quiero agradecer a Carlos y Diego Avila (de Torneos y Competencias, la empresa dueña de La Red) por hacer una apuesta importante en este momento tan particular que viven los medios y la sociedad. Sobre todo en la radio. Porque los que tenemos la fortuna de ser parte de ella conocemos el valor del contacto que tiene con la gente y que casi no lo da ningún otro medio". Con todo, no se sentirá como "sapo de otro pozo" en la "radio del deporte y las noticias". Nelson comenzó como cronista deportivo y, con la llegada de la democracia se pasó al análisis político."Sigo hablando de deportes como parte de la realidad -reconoce-. Y nunca dejé de lado el tema porque el fútbol hace a la esencia de los argentinos".
-¿Qué se siente ser el único que tiene un programa no deportivo en la radio?
-Si bien la radio ya tenía en ese espacio a Antonio Laje, que lo hacía muy bien, ya habían intentado traerme el año pasado. Es muy importante que sujan nuevos espacios en los que podamos trabajar y, de este modo, darle lugar a las necesidades de la gente. Y también es muy bueno que haya variedad de medios que fomentan el pensamiento plural. Porque la radio tiene lo fantástico de la segmentación: hay lugar para todos. Thomas Jefferson dijo alguna vez: "bienvenidas las ideas, porque cuantas más haya, mejores serán". Y yo, parafraseando, diré: bienvenido que la Red incorpore este espacio de periodismo de actualidad, porque cuantos más segmentos de estos haya, mejor haremos nuestro trabajo. Y al hacerlo cumpliremos la misión del periodismo libre: ser un instrumento para lograr sociedades más plurarles y honestas.
-¿Qué cambios tendrá el programa?
-Básicamente va a mantener la misma estructura. Incorporaremos algunas secciones nuevas y unos movileros. A ellos les vamos a dar mucho protagonismo. Seguramente sumaremos alguien más para la información deportiva.
-¿Cómo evalúa el rol del periodismo en estos diez años?
-Importante. Por momentos duro, porque el menemismo tuvo varios síntomas de intolerancia. Hubo libertad de prensa, pero irregular. No todos disfrutaron la libertad que tuve yo, Magdalena o Grondona. Hubo discriminación también. Pero la gran fuerza del periodismo vino de la gente, que se dio cuenta de nuestro valor e hizo que el gobierno aceptara algunas cosas a regañadientes.
-¿Cuánto tuvo que ver Menem con la libertad de prensa? ¿Cualquier sucesor de Alfonsín hubiese hecho lo mismo?
-Creo que sí. El contexto ayuda. Cuando mataron a Cabezas reaccionó toda la sociedad. Hace 25 años mataban periodistas y muchos miraban para el costado. La convicción democrática obliga a cambiar y a respetar las normas.
-¿Como logra el periodista despegarse de los afectos?
-Es algo aprendido, de formación. Siempre valoro los consejos de Santo Biasatti, Mariano Grondona y de Magdalena en este sentido. Pero mucho no me ha costado. Conozco mi rol y considero que debo mantenerme al margen de las simpatías o antipatías que me genera un personaje. Todo el mundo despierta sentimientos. Los tengo, pero debo dejarlos a un costado.
-¿Los medios deben tenerle paciencia al nuevo gobierno?
-Existe una paciencia racional y una impaciencia factual. Todos nos damos cuenta de que De la Rua tiene poco tiempo en el poder. Pero estalla Corrientes y algo hay que hacer. Entre lo racional y la dura realidad que vive la gente, algo hay que hacer. Y no hay tiempo, aunque racionalmente deba existir. Habrá que cabalgar entre esas dos cosas. El otro día le dije a Federico Storani: "es cierto, no le podemos pedir la solución de Corrientes ahora. Pero no tiene mucho más tiempo".
-¿Qué pasa cuando la gente recibe los impuestazos o ve a Corach en el Senado?
-Muchos me dicen que no cambió nada. Y en algunos casos tienen razón. La realidad de la gente no se modificó el diez de diciembre y hay que atenderla. Además vemos el nombramiento de familiares. Gente honesta, pero hay que terminar con eso, al menos como emblema de algo que no queremos y no va más. Con todo, este será un gobierno más honesto. Y eso hay que decirlo.
-La semana pasada Eduardo Aliverti me dijo que al conseguir un sponsor sabía que debía callar algunas opiniones. ¿Cómo maneja usted estos temas?
-En muchos casos, lo que dice Eduardo es así. Aunque debo decir que a mí nunca me ha pasado. Por ejemplo, yo vengo del multimedios América y critiqué cuestiones que tenían que ver con el aeropuerto. Y muchas veces tuve comentarios que afectaban los intereses de mis anunciantes porque es inevitable. Yo les digo: "Ustedes anuncian en mi programa porque se escucha y apuestan a mi credibilidad. Pues bien, mi credibilidad también se pone en juego cuando debo criticarlo a ustedes. Si no, cae y en definitiva perdemos todos". Lo terminan entendiendo.
-No es común que a alguien le paguen cincuenta mil dólares por sus servicios en radio. ¿Fue el pase del año?
(Se ruboriza)-Digamos que fue un pase fuerte. Está dentro del cambio de perfil que busca La Red para el 2.000.
-Para finalizar quisiera que el doctor haga una reflexión sobre los hospitales públicos.
-Tenemos un grave problema con la salud pública. A pesar de que algunas cosas han mejorado, la demanda es tan grande que no dan abasto. La gente que no tiene trabajo va al hospital porque no tiene obra social. Y el sistema de Capital se recarga porque la situación de la provincia de Buenos Aires es peor. Entonces se genera insatisfacción. El estado debe tener una presencia fuerte en salud. Admiro mucho a los médicos que trabajan allí porque la demanda y la presión son muy fuertes.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Cronica - Buenos Aires
Enero de 2000

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